hipertextual
JoaquÃn Laguna. Comisario de la exposición HIPERTEXTUAL. FactorÃa de Arte y Desarrollo. Madrid, España. noviembre de 2021.
Coincido con la reflexión de Leonora Carrington en que dar explicaciones sobre la pintura es algo gratuito, porque intelectualiza algo que no está realmente en el mundo del intelecto. Sin embargo, muchos años en el campo museístico me hacen creer firmemente en la necesidad, no de dar explicaciones, sino de contextualizar las obras de arte, y más aún, como es el caso, los proyectos expositivos. Acercar, mediar, interceder.
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#Hipertextual nació en Twitter.El propósito inicial fue el pedido que hizo la artista, Gabriela Martín (@GabiMartinArte), en una convocatoria abierta, solicitando a quien quisiera escribir un texto a mano, fotografiarlo y enviárselo por mensaje privado. Con todos los textos recibidos, con su contenido literal o con lo que colectiva e individualmente le cuentan o inspiran, la artista promete crear un cuadro.Por lo tanto, es un proyecto que comienza en el mundo virtual para terminar en el mundo real, combinando la forma de comunicación más tradicional, la escritura a mano, con nuevas formas de comunicación, como la plataforma de redes sociales Twitter, en un proceso que implica pasar de de la escritura a mano a la de ordenador, tableta o dispositivo móvil, y luego de nuevo a la escritura a mano con pincel de artista, combinando así la forma de comunicación más sencilla, cotidiana o tradicional con la ahora aún más sencilla y cotidiana, convirtiéndose pronto en aún más tradicional para algunos, particularmente la generación más joven. Y todo eso para ser transformado por ese otro lenguaje, el lenguaje del arte, que es más libre, más salvaje, más individual y expresivo que cualquiera de los otros.
Llegaron diferentes mensajes de muchas partes del mundo. 38 usuarios de Twitter respondieron al reto (o debería decir "respondimos", ya que uno de esos textos es mío): la artista los clasifica y ordena, lo cual es una constante en las obras de Gabriela Martin, una compulsión casi obsesiva por ordenar el universo , clasificarla, agruparla, catalogar ideas o sentimientos, siempre en busca de la belleza, persiguiéndola, alimentándola y deleitándose con ella. Clasificando los textos según su temática, lo que dicen, sugieren o simplemente inspiran al artista, es como comienza el proceso creativo de Gabriela.
Análisis individual y colectivo; establecer conexiones, reconocer grupos, características comunes en algunos. Y esta fue la tarea más ardua y difícil; sin lienzos, pinceles o tinta, el artista solo tiene la semántica, la lógica y la filosofía como herramientas a las que agarrarse para construir, para crear. Siguieron meses de reflexión, conversación y dudas. Hasta que poco a poco fue apareciendo el orden y el agrupamiento, se establecieron relaciones entre los textos, y luego el lienzo, el lápiz, la tinta china, el acrílico, el pincel, herramientas que Gabriela conoce bien y maneja con destreza, con una técnica depurada y, sobre todo, , con ardiente pasión, se incorporaron.
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A partir de ese orden se crea una obra de arte de 4,7 por 2,3 metros, en la que se representan todos los mensajes, todos los escritos (a veces una frase, a veces unas pocas palabras), creando un universo completo que se plasma en la composición del artista, formas y colores. Los mensajes se agrupan, se juntan según su contenido, significado y se relacionan entre sí en una disposición espacial sutil pero significativa. El trabajo estuvo allí por unos días.
A partir de ahí, la descomposición, el desmembramiento de cada frase, de cada idea, el todo se descompone en partes, que ahora son otras unidades, y renacen con vida propia, como obras independientes, que el artista trabaja individualmente en un diálogo que da como resultado cada obra final.
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Construir para destruir. Construir para deconstruir. Construir para volver a construir.
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He estado presente desde el principio en este proceso creativo. Si Rosa de Luxemburgo decía que quien no se mueve no nota sus cadenas, podría decir que he visto a la artista en movimiento, tomando conciencia de sus cadenas, tirando con fuerza de ellas, rompiéndolas una y otra vez, enredándose en ellas. para destruirlos y volar; desafiándose a sí misma, sus límites, sus capacidades, sus deseos. Siempre con la terrible agonía que conlleva conocer una historia que no ha sido contada. Chillida dijo que el artista es el que sabe lo que hace, pero para que valga la pena debe saltar esa barrera y hacer lo que no sabe. Todo este proceso ha valido la pena, sobre todo, por el propio proceso, desconocido, nuevo, no del todo definido, que ha obligado a la artista a hacer algo que no había hecho antes: saltar la barrera, hacer lo que no sabe .
Otra constante en el trabajo de Gabriela: si ya lo domina, si ya sabe hacerlo, no se detiene en su virtud, sino que se lanza a experimentar otros caminos, otras técnicas, otras ideas, otras propuestas.
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#Hipertextual es experimentación; se enfrenta a un proceso creativo desconocido; es la abstracción de la palabra y la forma; es descomposición/orden/recomposición.
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#Hipertextual es todo eso, pero sobre todo es Gabriela Martín: honestidad, creatividad, valentía y amor por el arte.

